Comprenda los elementos clave de los contratos laborales en Japón
El panorama laboral japonés ofrece una variedad de arreglos laborales, cada uno con características e implicaciones legales distintas. Comprender estos diferentes tipos de acuerdos es crucial tanto para empleadores como para empleados. Aquí hay un desglose de los contratos laborales más comunes en Japón:
Seishain, también conocidos como empleados regulares, representan la fuerza laboral principal en Japón. Disfrutan de los beneficios más completos y de la mayor seguridad laboral.
Las características clave de los contratos Seishain incluyen:
Los Keiyakushain son empleados a plazo fijo contratados directamente por la empresa. Sus contratos tienen una duración establecida, a menudo renovada en función del desempeño y las necesidades de la empresa.
Esto es lo que define los acuerdos Keiyakushain:
Haken se refiere a la dotación temporal de personal proporcionada por una agencia de empleo. El trabajador es empleado por la agencia y asignado a trabajar para una empresa cliente por un período específico.
Los contratos Haken implican:
Arubaito son trabajadores a tiempo parcial que no se consideran empleados formales. A menudo son estudiantes o personas que buscan ingresos suplementarios.
Esto es lo que caracteriza los arreglos Arubaito:
Los acuerdos de empleo japoneses juegan un papel crucial en el establecimiento de una comprensión clara de los derechos y obligaciones entre el empleador y el empleado. Aquí están las cláusulas esenciales que deben incluirse en estos acuerdos:
El concepto de un período de prueba, conocido como "shikenshinen (試用期間)", es prevalente en los acuerdos laborales japoneses, particularmente para los nuevos empleados. Este período inicial permite a los empleadores evaluar la idoneidad de un empleado para el puesto y la cultura de la empresa, al mismo tiempo que proporciona a los empleados la oportunidad de determinar si el puesto se alinea con sus expectativas.
La Ley de Normas Laborales de Japón (LSA) no exige períodos de prueba. Sin embargo, son una práctica común adoptada por la mayoría de las empresas. Aunque no existe un máximo legal, el Ministerio de Salud, Trabajo y Bienestar (MHLW) considera razonable un período de tres a seis meses. Los períodos de prueba excesivamente largos pueden ser considerados inválidos por los tribunales.
Durante el período de prueba, los empleadores pueden evaluar las habilidades y capacidades de un empleado, su desempeño laboral y su adaptación cultural. Los empleadores pueden determinar si el empleado posee las habilidades necesarias y puede desempeñar las funciones del trabajo de manera efectiva. Este período permite la observación de la ética laboral, la productividad y el desempeño general del empleado. La compatibilidad con la cultura de la empresa y las habilidades de trabajo en equipo son aspectos cruciales evaluados durante el período de prueba.
El período de prueba también beneficia a los empleados al permitirles evaluar el trabajo, la adecuación a la cultura de la empresa y la idoneidad de la carrera. Los empleados pueden determinar si las funciones del trabajo, las responsabilidades y el entorno laboral cumplen con sus expectativas. Este período inicial ayuda a los empleados a decidir si se sienten cómodos y pueden adaptarse a la cultura de la empresa. La alineación del puesto con sus objetivos profesionales a largo plazo puede ser evaluada durante el período de prueba.
La terminación durante el período de prueba generalmente se considera más fácil para los empleadores en comparación con después de que se complete el período de prueba. Sin embargo, puede ser necesario justificar el despido, dependiendo de las circunstancias específicas. Incluso durante el período de prueba, los empleadores no pueden despedir a los empleados por razones discriminatorias o injustas según lo establecido en la LSA.
Tanto los empleadores como los empleados deben tener una comprensión clara de las expectativas, los puntos de referencia de desempeño y el proceso de evaluación durante el período de prueba. Esto se puede lograr a través de una política de prueba bien definida o documentada dentro del acuerdo laboral. Proporcionar retroalimentación regular durante el período de prueba permite la corrección del curso y ayuda a los empleados a mejorar su desempeño.
Los acuerdos de empleo en Japón a menudo incorporan cláusulas para proteger la información sensible de la empresa y limitar la competencia de ex empleados. Sin embargo, estas cláusulas enfrentan un escrutinio legal debido al énfasis de la Constitución japonesa en la libertad de ocupación (Artículo 22).
Las cláusulas de confidencialidad tienen el propósito de salvaguardar la información confidencial, incluidos los secretos comerciales, las listas de clientes y las tecnologías propietarias. Describen las obligaciones del empleado con respecto al manejo y divulgación de dicha información. Incluso sin una cláusula explícita, la ley japonesa implica un deber de buena fe por parte de los empleados, lo que incluye proteger la información confidencial de la empresa. Para que una cláusula de confidencialidad sea ejecutable, debe definir claramente qué constituye información confidencial y la duración de la obligación del empleado de mantener la confidencialidad, a menudo extendiéndose más allá del período de empleo.
La ley japonesa reconoce la necesidad de que los empleadores protejan intereses comerciales legítimos, pero también prioriza el derecho del empleado a buscar un medio de vida (Artículo 22 de la Constitución). Esto crea un acto de equilibrio cuando se trata de cláusulas de no competencia. Las cláusulas de no competencia son ejecutables solo si cumplen con criterios específicos:
Las cláusulas de confidencialidad son generalmente más ejecutables que las cláusulas de no competencia en Japón. Dadas las complejidades y los posibles desafíos legales, es aconsejable que tanto empleadores como empleados busquen asesoría legal al redactar o interpretar estas cláusulas dentro de los acuerdos de empleo.
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