Conozca las políticas de trabajo remoto y los arreglos de trabajo flexible en Chile
El marco legal de Chile para el trabajo remoto es progresivo, con la Ley de Trabajo a Distancia y Teletrabajo (Ley No. 21.220, vigente desde julio de 2020) estableciendo la base legal para los arreglos de trabajo remoto. Esta ley describe los derechos de los empleados, las obligaciones de los empleadores y las consideraciones de salud y seguridad para el trabajo remoto. El Código del Trabajo proporciona la base para los derechos de los trabajadores, incluyendo el salario mínimo, las vacaciones y las contribuciones a la seguridad social, y se aplica también a los trabajadores remotos.
Un acuerdo escrito que detalle las horas de trabajo, los métodos de comunicación y las cláusulas de terminación es obligatorio para ambas partes. Los ciudadanos extranjeros pueden necesitar visas de trabajo para ser empleados legalmente de forma remota en Chile.
Una conectividad a internet confiable es esencial para el éxito del trabajo remoto. Las velocidades de internet en Chile son generalmente buenas, con conexiones de fibra óptica cada vez más disponibles, especialmente en áreas urbanas. Sin embargo, las velocidades pueden variar dependiendo de la ubicación. Los cortes de energía ocasionales pueden interrumpir el trabajo, por lo que se deben considerar soluciones de energía de respaldo como un SAI (Sistema de Alimentación Ininterrumpida).
Los empleadores en Chile tienen responsabilidades específicas hacia los trabajadores remotos. Los trabajadores remotos tienen derecho a los mismos salarios, pago de horas extras (si corresponde) y beneficios (si se ofrecen) que los empleados en la oficina bajo el Código del Trabajo. La Ley de Trabajo a Distancia y Teletrabajo requiere que los empleadores cubran cualquier costo derivado del trabajo remoto del empleado. Esto puede incluir equipo o el reembolso por su compra/alquiler y los gastos de acceso a internet. Los empleadores deben establecer canales y herramientas de comunicación claros para facilitar el trabajo en equipo efectivo y el intercambio de información. La ley obliga a los empleadores a considerar los riesgos ergonómicos y proporcionar capacitación sobre la prevención de riesgos laborales asociados con el trabajo remoto.
Establecer límites claros entre las horas de trabajo y el tiempo personal para prevenir el agotamiento de los empleados remotos. Proteger los datos sensibles de la empresa es crucial. Los empleadores deben proporcionar acceso seguro y asegurar que los trabajadores remotos estén al tanto de los protocolos de seguridad de datos.
El trabajo a tiempo parcial es un arreglo laboral flexible donde los empleados trabajan un horario predeterminado con menos horas que una semana laboral estándar a tiempo completo. Según el Código Laboral, los trabajadores a tiempo parcial tienen derecho al mismo salario mínimo, vacaciones proporcionales y contribuciones a la seguridad social que los trabajadores a tiempo completo.
El horario flexible es otro arreglo laboral flexible donde los empleados tienen cierta flexibilidad para elegir sus horas de inicio y finalización dentro de un rango de horas laborales diarias o semanales establecido. El Código Laboral establece una semana laboral estándar de 45 horas, pero se pueden establecer arreglos de horario flexible siempre que se cumpla con el total de horas trabajadas. Los empleadores y empleados pueden acordar horas de trabajo centrales en las que todos estén disponibles y acordar horas de inicio y finalización flexibles alrededor de esas horas centrales.
El trabajo compartido es un arreglo laboral flexible donde dos o más personas comparten las responsabilidades de un puesto a tiempo completo. Según el Código Laboral, se recomiendan contratos individuales para cada persona que comparta el trabajo, detallando sus responsabilidades específicas y los beneficios a los que tienen derecho (basados en su parte proporcional).
El trabajo remoto trae consigo un conjunto único de problemas de protección de datos y privacidad. Los empleadores tienen la responsabilidad de proporcionar acceso seguro a los sistemas y datos de la empresa para los trabajadores remotos. Esto se puede lograr mediante el uso de contraseñas fuertes, autenticación multifactor y una Red Privada Virtual (VPN) siempre que sea posible.
Los empleadores también deben desarrollar e implementar políticas claras de seguridad de datos. Estas políticas deben delinear prácticas aceptables de uso, almacenamiento y transferencia de datos. La capacitación es otro aspecto crucial de la protección de datos. Los empleados remotos deben ser capacitados en protocolos de seguridad de datos, incluyendo cómo identificar intentos de phishing y prevenir infecciones de malware.
En Chile, la Ley de Trabajo a Distancia y Teletrabajo (Ley N° 21.220) enfatiza la responsabilidad del empleador en las medidas de seguridad de datos cuando los empleados trabajan de forma remota.
La Ley de Protección de la Vida Privada (Ley N° 19.628) en Chile regula la protección de los datos personales. Aunque no se centra exclusivamente en el trabajo remoto, establece principios para la recolección, almacenamiento y uso de datos que aplican tanto a empleadores como a empleados.
Bajo la Ley de Protección de la Vida Privada, los trabajadores remotos en Chile tienen derechos con respecto a sus datos personales. Estos derechos incluyen el acceso a sus datos personales en poder del empleador, la capacidad de solicitar correcciones a cualquier inexactitud en sus datos personales y el derecho a oponerse al procesamiento de sus datos personales con fines de marketing.
Para garantizar la protección de datos y la privacidad en un entorno de trabajo remoto, se deben seguir varias mejores prácticas. Estas incluyen la minimización de datos, donde solo se recopilan y almacenan los datos esenciales para fines laborales. Se debe utilizar cifrado para proteger los datos sensibles en reposo y en tránsito, especialmente al usar redes Wi-Fi públicas. Se deben implementar copias de seguridad regulares de datos para la recuperación ante desastres.
Finalmente, se debe hacer una clara distinción entre los dispositivos personales y los de la empresa utilizados para el trabajo. Idealmente, los empleadores deberían proporcionar dispositivos de trabajo o implementar soluciones de gestión de dispositivos móviles (MDM) para los dispositivos personales.
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